Me reà porque me dolÃa mucho como para llorar... Y es que hay veces en la vida en que uno saca las fuerzas para continuar y realmente no sabemos de dónde.
Levantarme en las mañanas, mirarme al espejo y preguntarme: "¿Gabriela, tu piensas seguir llorando?" No encontrarle fin al dolor que sentÃa, porque cuando pensaba que ya estaba mejorando, daba mil pasos para atrás. Ir de la casa al trabajo, del trabajo a la casa y no querer saber de nada ni de nadie, pues aunque nadie tenÃa la culpa de lo que estaba viviendo, no me consideraba buena compañÃa para nadie.
Sin embargo he sido una mujer fuerte, pues a pesar de lo que estaba viviendo, amaba tanto mi vida y nunca hubo un pensamiento feo. Pero, ¿cuán cruel puede llegar a ser una persona con alguien que le entrego sus mejores momentos? Esa pregunta dejaré que ustedes mismos se la contesten.
No fui la primera ni seré la última en vivir una decepción amorosa, de esas que te dejan tan lastimados, que no queremos volver a enamorarnos. Y aunque hoy es asunto superado, en aquel momento parecÃa que la tormenta nunca iba a pasar, y no hay nada mas triste que tu misma verte perder tu esencia, tu luz, ver como te vas apagando poquito a poquito...
tengo que decirles que todo pasa, que llega un dÃa en que nada te duele, nada te angustia, en que te levantas y tu corazón esta en paz, te llenas de vida y vuelves a brillar.
Autora: Gabriela Custodio Cintrón