Carta a la niña que fui

Mi niña he pasado unos meses y días intensos, y de la nada me visitó tu recuerdo.

En mis recuerdos puedo verte con tu cara inocente y tu pelo largo negro hasta la cintura. Al pensar en ti me vienen a la mente todas esas cosas que te hacían feliz como: jugar a las muñecas, modelar, pasar horas jugando con tu abuelo chiquito a ser su estilista personal para que te dieran varios pesitos, el olor de tu abuela grande y te recuerdo tan madura siempre pendiente a tu mamá aconsejándola como si supieras de la vida.

Pero hoy que te visito en mis recuerdos quisiera decirte tantas cosas... primero que me perdones por apagar en ti muchas cualidades que te hacían resaltar y por en ocasiones no ser lo que esperabas de mi.

Pero te cuento...

Tu vida hasta hoy ha sido de grandes victorias y sobre todo en salud. Gracias a Dios tus padres se sienten sumamente orgullosos de la mujer en que te convertiste. Aunque no lo creas tienes un carácter difícil en ocasiones, pero te gusta siempre ayudar a los demás. Hoy por hoy estas terminando tu maestría y te sientes feliz por tu desempeño. Si tienes la oportunidad, agradécele a tata por enseñarte a ser fajona, aplicada y perseverante. Abrázala y dile una vez más que "ojalá te dure para toda la vida" y que estas trabajando por ser toda una profesional como siempre lo deseó.

En ocasiones no le has mostrado tu mejor versión a personas que lo han merecido, pero te aseguro que nunca ha sido tu intención. Por otro lado, le has dado demasiado protagonismo a personas que no te han hecho bien. Pero, todos los días te esmeras por recomponer lo que le has dado el poder a otros de destruir.

Pero no se me puede olvidar contarte de que tienes una hermana de 11 años, llamada Rocío. Es sumamente hermosa y especial. A diferencia de ti, es una niña más intranquila, pero no sabes como te observa con admiración justo cuando piensa que no la están mirando. Ella ha sido parte esencial de tu vida. No te niego que ha sido difícil, que has dejado atrás hacer cosas que querías por ella y que te has convertido en casi madre a son de cantazos. No obstante, nadie te ha dado esa obligación lo haces porque te llena y para ti lo es todo.

Recuerdas a esa chica Alexandra con la cual estudias? Pues ya más adelante entenderás cuál es su propósito en tu vida y a lo que hoy a tus 25 años de edad llamas vida con sentido.